Seguramente se ha preparado la entrevista que va a tener mañana y la ha ensayado con todos sus familiares, ha revisado su Curriculum Vitae y le han hecho muchas preguntas de entrenamiento. Y con todo ello ha logrado calmar un poco su nerviosismo ante la inminente cita. ¡Todo controlado! se dice en su interior para tranquilizar ese momento que apenas son segundos y de los que depende su trabajo, su economía y su estabilidad.

Sin embargo, no han debido decirle que quizás lo más importante para poder hacer una buena entrevista de trabajo es tener el don de la espontaneidad, saber ser uno mismo y estar totalmente centrado en lo que pasa en cada segundo, y esos sí, todo ello con el control de la tensión del momento. Y a eso, difícilmente le han entrenado, porque su versión de la entrevista es como un guión fijo que usted va a contar. Mientras que una buena entrevista debe saber sacar del guión al entrevistado para poder ser él o ella sin personajes ni roles de ficción

1) Lo primero de todo es que debe entrenar la tensión de la entrevista. Nada mejor que hacer muchas entrevistas de trabajo incluso cuando a lo mejor no se juegue mucho o en el puesto tenga pocas oportunidades pero no se pierda el entrenar su tensión. Piense en el deporte, si el motorista no sale al circuito a notar cada vuelta bajo la vibración de su moto, por mucho que entrene fuera nunca será lo mismo. El futbolista necesita jugar partidos de verdad y no sólo entrenar, mientras que la nadadora profesional necesita el reto de la competición. De este mismo modo, su entrenamiento le sirve pero lo que de verdad le ayudará a gestionar mejor su tensión es el pasar por entrevistas reales y analizar cómo se ha comportado. Recuerde siempre analizar después como le ha ido y aprender algo, siempre hay algo que corregir o mejorar.

2) Lo segundo es trabajar su espontaneidad, porque cuando va con un guión establecido es muy fácil para el entrevistador encontrar una conversación fuera del guión y se notará un gran salto de calidad en la respuesta. Por lo tanto, entrene pero no memorice ni repita los guiones. Recuerde que los entrevistadores oyen cientos de discursos memorizados como el suyo, si al menos usted es espontaneo/a en sus reacciones no dude que será la diferencia. Y desde luego, siempre es más original y potente una frase espontánea que una ensayada, eso se detecta por un buen entrevistador. La
espontaneidad se puede trabajar con técnicas teatrales o con simples juegos entre amigos de asociación de palabras. Esto le permitirá estar atento y
establecer una conexión rápida con su interlocutor.

3) En tercer lugar sea usted mismo, fingir es demasiado difícil cuando se tiene un experto delante. Nada mejor que entrenar con especialistas con simples ejercicios para descubrir mejor sus puntos fuertes y débiles y aprender a realizar un simple plan de mejora profesional. ¿Podría hacer una lista de tres virtudes y tres defectos o áreas de mejora en 2 minutos? ¿Cómo se ha sentido cuando ha intentado localizar sus áreas de mejora? ¿Se atreve a preguntar a sus amigos y compañeros de confianza en qué piensan ellos que usted podría mejorar? Ya ve que simple, a veces lo más sencillo es lo más potente, es el verdadero pensamiento científico.

4) Y por último, ponga toda su atención en cada momento, en cada palabra, en cada gesto. Intente estar realmente concentrado. Le aseguro que no es tan fácil. Cada vez más presumimos de estar en varios sitios a la vez como si esto fuera algo realmente positivo, pero no lo dude que estamos perdiendo la capacidad de estar al 100% con el otro.

Hablamos con uno y miramos a otro lado o atendemos el correo del móvil. Hablamos por teléfono y escribimos al ordenador. Y en todo esto lo que tenemos es una pérdida de concentración una incapacidad para entregarnos por completo a una tarea única. El no poder estar en el presente de modo completo es un problema en una entrevista pues se nos escapan matices importantes de las misma, y estas sutilezas pueden ser realmente la diferencia.

Por lo tanto mi recomendación es que practique la escucha activa: escuche a sus amigos mirando a los ojos, intentando comprender y con su pensamiento abierto al mensaje. Verá lo difícil que es, pero no dude que se puede entrenar  y que supone una clara mejora en su rendimiento en una entrevista de trabajo.  Aparte que como regalo en la vida personal le ayudará a valorar los momentos más que los objetivos o fines que se haya planteado.

Como ve ya puede entrenar, y con eso mejorar su potencialidad en la entrevista laboral. Todos tenemos talentos que queremos y debemos compartir. Más aún si nos jugamos un puesto de trabajo. No dude que entrenar es la mejor solución siempre. Ya me contará.