Emprender según Nueno es tener una sensibilidad
especial para detectar oportunidades y la capacidad de movilizar recursos. En
este sentido, Charles Handy decía que “el azar trae oportunidades si sabemos
mirar
”. Todos hemos oído frases parecidas y en el fondo parece que no vayan con
nosotros o no nos lleguen a afectar realmente. Creo que hemos esperado durante
mucho tiempo que “pasaran cosas” en nuestras vidas para tomar decisiones.
Tampoco el modelo racional de la economía y del management del últimos siglo ha
favorecido este proceso. 
Sin embargo, sí creo es un momento para la intuición y
para la conexión personal con nuestros principios y valores, de modo que éstos
conecten con nuestra toma de decisiones con una nueva perspectiva.
Es un buen momento para tener otra
mirada
, una mirada diferente a nuestro entorno y a las cosas cotidianas que nos
rodean. Bien es verdad que no estamos acostumbrados. Nuestros mecanismos de
atención y percepción
nos filtran tanta información del entorno que igual cabe
pensar que lo que antes desechábamos ahora sí lo necesitamos. Y por eso,
deberíamos abrir nuestra perspectiva y enfoque comenzando a relajar los filtros
y observar cosas diferentes que antes no le dábamos quizás valor, o
sencillamente no nos planteábamos, nos dejábamos llevar.
Esto claramente nos lleva a la
neurociencia y al entrenamiento de habilidades, donde tenemos que re-educar de
nuevo nuestra mirada
. Desaprender rutas neuronales fortaleciendo otras.
¿A qué mirada me refiero? A la mirada del
emprendedor en su rol innovador como enfatizaba Schumpeter, la mirada del que
es capaz de interaccionar con su entorno y aportar su valor. La mirada del
individuo que conecta con sus preferencias, valores y estilos de vida y se
plantea qué hacer. Conseguir esa mirada no es algo inmediato, pues como todo
proceso de entrenamiento requiere tiempo y práctica deliberada. Significa mirar
de modo diferente nuestra casa, nuestro barrio, nuestra sociedad, nuestra
gente, nuestras ideas y por lo tanto a nosotros mismos, es decir, a las cosas
que pasan en nuestro contexto externo e interno inmediato. Una nueva mirada capaz de estar
recibiendo más estímulos y contemplarlos con la mirada de la intuición mas
profunda
. Conectar con nosotros y hacer de esta conexión una extensión hacia el
entorno. Y sencillamente percibir, comenzar a percibir cuando surge o brota una
fuente motivacional que notamos diferente, más propia, más nuestra, que nos
incita a prestar atención, a querer hacer algo, que nos mueve. Ese momento es
clave pues esa motivación se debería conectar con un principio de acción y
coraje
. Y arrancar algo, un proyecto personal o profesional, una asociación,
una fundación, una empresa
. Quizás este es el momento clave, el de la
movilización. El de haber percibido algo que conecta con nosotros y
movilizarnos. Este concepto emprendedor es amplio,
abierto a todo tipo de escenarios. Pero sobre todo es un concepto personal,
íntimo, casi existencial. Handy decía que prefería llamar a los emprendedores
alquimistas“, Renau los llamaba “creadores“. Ese
alquimista no era ni un superdotado ni un hechicero, ni un genio, sino gente
que de la nada es capaz de crear un proyecto, gente normal como tú y yo
,
“cualquiera de nosotros, en determinada área, en determinado momento de la
vida, lo puede ser. Basta saber descubrirlo el día que surge la
oportunidad”.  Además, decía:
el mundo necesita de nuevas ideas, nuevos productos, nuevos tipos de
asociaciones e instituciones, nuevas iniciativas, arte y diseño nuevo”.
Muchos proyectos emprendedores no vienen
de ese maravilloso proceso de planificación que nos han vendido, pues salen del
corazón, de la intuición o simplemente del azar, de aprovechar una oportunidad
que pasa por delante de nosotros. Quizás por eso esta nueva mirada nos permita
verla, movilizarnos, lanzarnos con coraje a dar un pequeño paso que se
multiplique con el tiempo. Tampoco un gran paso, una gran inversión. Está todo
muy mitificado. Gandhi decía que todo lo que realizaba era insignificante, pero
eso sí, era muy importante que lo hiciera. Ese pequeño paso que en la gestión
del talento se ha llamado efecto multiplicador y que tiene la capacidad de
conseguir resultados a nivel exponencial en el tiempo. Este pequeño paso de
cada uno significa un proyecto pequeño, quizás diminuto, pero multiplicado por
toda una sociedad es un gran movimiento social. Esa es la nueva mirada, la que
no sólo escucha, atiende o percibe atentamente, sino la que interactúa con lo
mejor que tiene cada uno, la que no pretende hacer lo que hacen otros, sino la
que pretende expresar su valor e idiosincrasia. De nuevo Handy decía
“nadie puede ser experto en todo, el secreto consiste en hacer más de lo
que uno hace mejor
, pero eso requiere conocer cada función y ser sincero con
uno mismo”. Ese es el valor de cada uno que agregado genera la sinergia de
una nueva mirada al emprendedurismo social y empresarial. Si emprender como
decía Cantillón en el siglo XVII es poner en marcha un proyecto, ¿qué mejor que
poner en marcha nuestro proyecto?
Un proverbio chino decía que “el fracaso
más grande es no haberlo intentado”. Si ya partimos de eso, ¿qué podemos
perder? Esa es la acción desde el ahora, desde el ahora mismo. Martin Luther
King expresaba “si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía,
plantaría un árbol”.  Yo creo que
también… ¿y tú? ¿qué haces hoy? ¿Y mañana?