Ricardo llevaba en la organización mucho tiempo trabajando,  y si algo había aprendido es a “limitarse” a hacer lo que le pedía, ni más ni menos. Entró con mucha energía, ganas y ambición. Con el tiempo descubrió que la energía era mejor dejarla en casa, las ganas sublimarlas y la ambición recortarla. Sencillamente a Ricardo le ha pasado lo que a muchos profesionales en las organizaciones, ha perdido la confianza en sus directivos y en la organización. Si algo tiene la confianza es que establece la calidad del contrato con la organización y de su relación con el inmediato superior.
De hecho, en línea con muchos estudios científicos, la pérdida de confianza está relacionada con la pérdida de motivación, ausencia de compromiso y baja productividad. Por eso si Ricardo percibe que ya no puede confiar en la organización, reduce su riesgo y vulnerabilidad intentado mostrar interés sólo en aquellas áreas que se valoran objetivamente por la organización, perdiendo todo el resto de contribuciones que de normal puede hacer un profesional. 
Si quiere trabajar la confianza en su organización recuerde al menos intentar lo que propone Nyhan (2000):
1. Una mayor participación en la toma de decisiones siempre adecuadas al nivel profesional de responsabilidad del puesto.
2. Mayor feedback o retroalimentación sobre la ejecución en el trabajo
3. Un mayor empowerment  de los empleados en su trabajo, es decir, más autonomía y por lo tanto más responsabilidad.
Recuerde y no lo dude, la confianza genera un mayor compromiso organizativo  y éste una mayor productividad.