No cabe duda que somos un cúmulo de emociones, sentimientos y estados de ánimo con un neocortex encima. De hecho, el neocortex aún no acaba de llevar de modo sincrónico esta relación con lo emocional. Unas veces, nuestro pensamiento no es más que un siervo de las emociones, otras, es capaz de al menos gestionarlas. Sin embargo, sigue siendo uno de los problemas más importantes en las empresas. Pero ¿quién gestiona las emociones en las empresas? Ese directivo cansado y abatido que carga la atmosfera de miedo e inseguridad. Ese supervisor que genera tristeza, apatía e incluso indiferencia entre su gente. Desde luego no hablamos de su “capacidad lógica y analítica”. Sino de su capacidad de comprender los entornos emocionales, de gestionarlos o incluso de crearlos. Este es realmente el papel del directivo lider transformacional.

En esta línea el pasado fin de semana nos fuimos de nuevo como el año pasado a un hostal rural enclavado en un paisaje privilegiado (http://www.miradordeljucar.es/) y dirigido por un artista Lucas Carrión Vazquez, Karrvaz (http://www.karrvaz.com/) , un artista que ha dejado los jardines del palacio de las artse en la ciudad de las artes y las ciencias de valencia lleno de obras de un gran valor y simbolismo. También en el palacio de la opera, y en muchos más espacios públicos. Aunque Lucas sabe que mi preferida la tiene en su hostal, y es parte de una obra de las cuatro estaciones, concretamente el Otoño.
¿Qué hicimos en este hostal de ensueño que mira al Jucar? Pues nos fuimos con Jose Luis y Victor (Viviendo del cuento, http://www.viviendodelcuento.net/; grupo Atman, http://www.grupoatman.es/) a trabajar la espontaneidad, ese arte de vivir el presente, de sentir, de escuchar nuestro cuerpo y nuestras emociones. Un trabajo formidable que los alumnos del Master Gesta (www.gestiondeltalento.es) han sabido aprovechar con su valentía y entrega en los ejercicios y en la implicación emocional. Trabajarse emocionalmente no es fácil y lo hemos podido comprobar este fin de semana. Pero desde luego creo que todos vinimos con la impresión que “siempre” vale la pena. Gracias a todos porque siguen siendo experiencias inolvidables.
PD. Gracias a Jose (la mano derecha de Lucas en el Hostal) por su hospitalidad y personalidad tan encantadora.