No me malinterpreten, tengo claro que todo el mundo tiene derecho a la formación, al entrenamiento y a elegir su futuro. Pero no dejo de darle vueltas a varios encuentros que he tenido en los últimos años con “coaches” que dicen serlo y al más alto nivel. Claro, mi primera actitud siempre es positiva y de escucha activa, de aprendizaje, de observación del estilo de coaching o de las actitudes del coach. Pero después de seguir siendo muy positivo con tan digna profesión y especialización del desarrollo organizativo, no dejo de hacerme esta pregunta ¿pero pueden todas las personas que cumplen una formación determinada o tener una experiencia determinada ser coach? Todos sabemos que tanto en AECOP como en la ICF hay una serie de protocolos de control para la certificación. Pero a pesar de eso, sigo haciéndome la misma pregunta. No pongo en duda ninguna asociación, al fin y al cabo yo presido una en Levante. Pero me da que dejamos decisiones al mercado que igual no deberíamos hacerlo. ¿O sí? Pongamos por caso una persona que demuestra en AECOP su experiencia en coaching por más de 200 horas y es coach certificado profesional o las 100 horas que exige la ICF. En estos momentos soy poco partidista. Creo que me preocupa más el coaching como profesión y especialización. Si nos encontramos con personas que están haciendo coaching pero que cuando hablas con ellas notas “a todas luces” que no tienen ni escucha activa, ni actitud de coach, ni empatía, ni autoconocimiento, ni capacidad de aprendizaje o mejora… ¿se imaginan cómo se le queda la cara a uno? Igual es que es mejor no observar sencillamente estar. Pero flaco favor hacemos a la profesión. Esta observación y estas dudas son las que me han llevado a insistirles a todos los programas de formación y entrenamiento acreditados por AECOP en Levante que hacen consultoras como Tecnocoach (http://tecnocoach.corex.es ) o el master Gesta de la Universidad de Valencia (www.gestiondeltalento.es ) a tener un primer bloque no ya sobre las competencias del coach sino sobre la vivencia personal de por qué quiero ser coach y trabajar mucho esa parte desde el comienzo. De hecho, comienza en un par de semanas el primer curso de Tecnocoach del cual han tenido a bien invitarme para dar el primer módulo con quince alumnos/colegas que quieren ser coach. Estaremos quince horas iniciales encerrados analizando precisamente esto. Creo que si alguien decide cambiar de rumbo será tan buena decisión como continuarlo. Creo que debemos hacer espejos desde el comienzo y comprender que el coach tiene implicaciones personales y laborales sobre sus clientes y por lo tanto merece que el aval de AECOP garantice una ética a todos sus niveles (se puede consultar el documento ético de AECOP http://www.aecop.net/ y el documento ético de la EMCC a la que pertenece AECOP en Eurpa http://www.emccouncil.org/ ). Luego, creo debemos entrar en los cursos no ya con el clásico qué es y qué no es el coaching que tan a la saciedad existe en los cursos y manuales. Sino precisamente ¿por qué quieres ser coach? Con ello sí que estaremos sembrando por el futuro de la profesión. ¿Qué pensáis?