Recientemente he publicado un estudio con 120 empresas españolas sobre su gestión del talento. Una de las variables más impactantes que ha salido es que sólo un 8,5% de las empresas podríamos decir que están en el “top” del aprovechamiento del talento de sus empleados. Es decir, que 9 de cada 10 empleados están por debajo de su rendimiento laboral y la empresa NO SABE cómo obtener lo mejor de ellos. Incluso con la situación actual, seguimos con las mismas pautas que hace cien años: presión, órdenes y jerarquía. Mmm estas palabras me siguen sonando algo a la inquisición. Es normal que me “crujan” algo cuando se está hablando de invertir la pirámide, de estructuras planas, por proyectos,.. Personalmente creo que tenemos un problema grave en la eficiencia, no es de extrañar que estemos a la cola de la productividad (sólo Italia por detrás) en la UE-15. Esto en sí es un tema realmente importante, no sólo por el aumento de los costes laborales, sino porque no acabamos de aprovecharnos de la calidad de nuestra fuerza laboral y seguimos perdiendo competitividad en el mercado. Hablamos mucho de las multinacionales pero nos olvidamos de trabajar mucho más a fondo la profesionalización de nuestras pymes. No quiero acabar sin dejar de felicitar a ese 8,5% de empresas dignas de admiración que saben realmente que el empleado es el activo más competitivo que tienen. ¿Dónde creéis que radica la clave de esta ineficiencia?